Conflictivo quiere tomarse
unas merecidas vacaciones, el año ha sido duro y lleno de contratiempos. En la última
entrega de esta temporada nos explica como se decantó por un determinado
destino turístico. En fin, ya nos contará a la vuelta como le fue, si es que le
dejan volver.
Mi amable editor,
Por muy increíble que te parezca, me han echado del
trabajo. Lo sé, yo también estoy indignado. Al parecer, según me ha contado mi
abogado, Margarita me ha denunciado por acoso, incluso creo que quería colgarme
el marrón de la muerte de su marido. Tengo que tener más cuidado al elegir, ya
que esta hembra es una claro ejemplo de calienta braguetas que no he sabido
detectar. Finalmente tendré que volver
al juzgado en Septiembre, y por lo que me ha dicho mi abogado, es muy posible
que me toque el mismo juez de la otra vez. ¡Qué bien!, se le veía un tío majo,
a pesar de no tener ni idea de leyes.
Mientras tanto me voy a marchar dos o tres semanas a
descansar. No me acababa de decidir por el destino, por lo que acabé acudiendo
al manual. En el capítulo siete habla sobre los mejores lugares para el
ligoteo. Memoricé las características que tiene que reunir el sitio (a saber:
alcohol, chatis, música, bailes…) y corrí rumbo a la primera agencia de viajes
que encontré en el barrio.
El sofocante calor de la tarde me indujo a parar en
Casa Carlos, la tasca de la esquina, para tomar un refrigerio. Tenía mucho
calor, por lo que me soplé las seis primeras jarras de cerveza casi de un
trago. Mientras me deleitaba saboreando la séptima, ojeé el periódico. Me
costaba centrar la vista, pero a pesar de ello pude distinguir una oferta
prometedora. En la sección de religión del ABC había un anuncio que hablaba de
las maravillas de un lugar que denominaban “ciudad de vacaciones”. Piscinas,
restaurantes, buen ambiente… ¡era lo que estaba buscando!. Trataba de sacar más
información de la lectura, pero las líneas bailaban ondulantes antes mis
ojillos, mezclando la publicidad con las noticias religiosas. Hice un gran
esfuerzo para localizar el nombre del lugar…Marin…Mariana de or…Mariandorrr…Mariana…Sí,
eso era, Mariana. Ya tenía la primera referencia. Un traguito más y vuelta al
papel…Ciudad de…El Papa dice…las mejores instalaciones…Ciudad del Vaticano..¡Ya
está!. “Mariana, ciudad del Vaticano”.
Dando un paseo, y haciendo eses, recorrí ambas aceras
de la calle hasta llegar a mi destino, la agencia de viajes la Todopoderosa. En
el escaparate pude ver carteles de gente feliz, tocando la guitarra y agarrados
de la mano en corro. No podía encontrar nada mejor, un destino donde está bien
visto tocarse, bailar, cantar, e incluso, a juzgar por lo sonrosado de sus
mejillas, beber.
Entré.
·
Buuuenoas tarrrdes
·
Buenas tardes señor –dijo el tipo serio y larguirucho que
me atendió-
·
Quieeero apuntar…me para la Mariana.
·
Perdón.
·
La mariaa¡nnna, hombre. Ciudad de Vaticanaaaa.
·
¿Quiere usted un billete para la celebración Mariana
de este verano?
·
Eeeehh, sí..Vaticanoooa…
·
Ciudad del Vaticano
·
Eeeesoo. Peerdónnn, vennngeeeo deeell dentista –le mentí,
no se me ocurrió otra cosa para justificar mi forma de hablar. Yo tampoco lo
entendía, al salir de casa hablaba bien pero ahora…-
·
Ah, claro, no se preocupe, amigo. Con habitación
individual son dos mil trescientos euros, y en habitaciones compartidas…
·
Eeeeessoooo…compartidaaaaa…
·
En ese caso son mil setecientos euros, comida y cena
incluida.
·
Meee lo quedoooo….oiga una cosaaa, esto eees….¿hay
chicccaaass, verdad?
·
Sí, pero no se preocupe por eso, las habitaciones son
mixtas pero siempre hay lugar para la intimidad.. Verá como se acostumbra rápido
y no le da vergüenza.
·
Eee jeje eee
jjjeee …
Tardamos más de una hora en cerrar el trato, pero por fin
salí de allí con mis vacaciones soñadas. Tres semanas a todo tren, cantando,
bailando, bebiendo y fornicando como una bestia. Incluso te ponen a las nenas
en tu propia habitación, si esto no es una invitación a la orgia…
Mañana salgo en avión. Tengo la maleta preparada con
todo lo que voy a necesitar: un bañador, las chanclas, tres botellas de ron,
doce paquetes de condones y algo de dinero, por si decidimos contratar unas putas
para animar un poco más el evento.
Ayyy, que ganas tengo. ¡¡¡Mariana, ciudad del Vaticano,
allá voyyyyyyy!!!!
¿Continuará?....
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