B
El estomago encogido amanece cada mañana,
con las palabras que brotan de tu boca, otrora espartana.
R
Resiste querido amigo
esta condena malsana.
Pues pronto vendrá la cura
a calmarnos el ombligo
B
Querer creerte quisiera,
más las duda me atormenta:
¿Será un papel el que juega,
o la traición alimenta?
R
Jamás le ofrecería mi ancha espalda al amante ni al amigo.
Salvo que tú me pidieras hacer “eso” como es debido.
B
No me vengas con lisonjas,
cariñito ni “estocada”.
De tan solo que me dejas
tengo la mano ajada.
R
Prometo la toga encontrar
que sepa ver lo que quiero.
Mientras tanto compañero,
deja a Pedro J. marchar
B
No es que no me fíe Mariano, pero con “El mundo” me quedo.
Pues si acabo cayendo, tiro de manta, será un consuelo.
R
Que difícil me lo pones,
con lo que te quise y quiero.
Mi barba pierde su pelo
cuando traidor me supones.
B
Quiero actos, no palabras
que estén mañana viradas.
Si me estimas, como clamas,
busca formas adecuadas
R
Te dejo, que viene Soraya, no quiero mezclarla en esto.
Pues si la cosa mucho tuerce, tendré que dejarle el puesto
B
No te fíes de esa loba.
Tiene envidia de lo nuestro.
Mansedumbre hay en su cara,
pero es peor que el infierno.
R
Te equivocas nuevamente
confundiendo en tu destierro
corazones de linaje
con corazones de hielo
B
Por si acaso te lo digo, ata bien fuerte la silla al suelo.
Que si resultas herrado, nos veremos en el talego.
R
No me digas esas cosas,
que sabes que palidezco.
Soy de natural cobarde.
Aunque no me enorgullezco
Posdata Rajoniana:
El tiempo sigue pasando
El dinero alza el vuelo
Llegarán las elecciones
y los tontos de cojones
premiaran mis corrupciones.
Cuatro años de regalo.
Fin del cuento, ¡Qué descaro!