Hasta ahora, Conflictivo era un peligro más o menos moderado
para aquel que se cruzara en su camino. Sin embargo, me temo que a partir de
ahora el peligro aumenta y se extiende. Ya saben, el que avisa… es avisador.
La carta de hoy:
My apreciado editor,
El incidente en el
aeropuerto me ha llevado a una conclusión inequívoca: viajar en avión se ha
convertido en una peligrosa aventura que voy a tratar de evitar a toda costa a
partir de ahora. Para ello necesito una
alternativa, y nada mejor que la independencia a la hora de moverse por ahí.
Como ya te habrás
imaginado, voy a sacarme el carnet de conducir. El teórico ya lo tengo
aprobado. En la Autoescuela insistieron en que tenía que prepararme haciendo
muchos “tes” y acudiendo a las clases, pero como yo sé (gracias a las
instrucciones del “Manual”) que todo eso es un timo, me presenté por mi cuenta.
Lo aprobé fácilmente dándole
el cambiazo a un gafotas con cara de listo que se había sentado a mi lado, por
cierto, creo que él ha suspendido. Pobrecillo, a ver si estudia más.
El práctico,
desgraciadamente, fue mucho más
complicado… y accidentado. Mi turno comenzó en la rotonda de Neptuno, en pleno
centro de Madrid. En el coche íbamos el examinador detrás, el instructor a mi
lado y yo:
·
Muy bien
caballero, cuando esté preparado salimos. (dijo el examinador con cara de malas
pulgas)
·
O.K, qué
fácil (Abrí la puerta y salí del
vehículo. (El instructor salió tras de mí)
·
¡¡¡¿Qué hace?!!!
(dijo el instructor)
·
¿Usted no
sale?...(le dije al examinador)
·
Haga el
favor de volver a subir al vehículo y dejarse de cachondeitos, no le paso ni
una más (dijo el examinador desde dentro)
·
Bueno, a
ver si se aclara (subí nuevamente). ¿Dónde le llevo?
·
Usted
arranque y salga de la rotonda hacia Atocha, yo le iré indicando.
Recordé en ese momento las claras instrucciones del “Manual” acerca de
cómo conduce un machote de verdad, y me dispuse a ponerlas en práctica. Me
quité el cinturón de seguridad, metí primera y pisé el acelerador hasta el
fondo….entre otras cosas, olvidé que el instructor aún no había subido.
Lo que no contaba el libro es que por lo visto hay que ir cambiando las
marchas, al parecer el coche no lo hace solo. Ni tampoco explica cómo salir de
una rotonda. El caso es que unos segundos después, ahí estábamos el examinador
y yo dando vueltas a Neptuno una y otra vez, con el coche a toda pastilla
haciendo un ruido ensordecedor y esquivando como podía al resto de vehículos…
·
¡¡¡Pedazo
de animal!!!, ¡¡¡Pare esto!!!
·
Eso
quisiera yo (dije mientras desviaba la trayectoria hacia la carrera de San Gerónimo)
El tremendo ruido me
estaba volviendo loco, así que fui tocando todos los botones y palancas para
intentar atenuarlo. En el intento, accioné el limpiaparabrisas, puse las
largas, conecté el mechero, activé la radio (sintonizaba Radio Olé), moví los espejos, cambié de marcha sin pisar el
embrague (¡¡¡¡Rrrrrrrasssssss!!!!), puse las antiniebla… El sonido que allí
dentro había era más o menos así:
“…Iba yo de
peregrina!!!,(radio)…RummmmRrrrrrraaassRuuuummmmRassss… (Motor y cambio de
marcha)… Me cogiste de la mano… (Radio)…¡Me cago es sus muertosss!!!
(examinador)… Diga el número al que quiere llamar (Manos libres)…Me subiste a
caballo (radio) …¡Para, hijo de la gran puta!...(examinador)…¡Cántame, me dijiste
cántame! (radio)…Por favor, repita el número (manos libres)…RUUUUUMMMMMM
Raaaaassssss Rummmm RRRRRAS…(motor y cambio de marcha)….¡Mamooooooonnnnnn!
(examinador)………. PUM Crask PUN PIN
CRASK CROSK PAMMM PUMMM (el coche empotrado en la puerta del congreso).
Salimos como pudimos
de allí, arrastrándonos. Cinco minutos después, y gracias al mechero del coche
que también había accionado, el vehículo comenzó a arder.
Hubo un gran enfado
por parte de todos, especialmente por parte del examinador, pero como trataba
de explicarle mientras lo sujetaban dos enfermeros para ponerle un calmante, un
pequeño error lo tiene cualquiera.
No me dijeron el resultado
de la prueba, pero mi instinto me dice que me han suspendido. Tendré que
intentarlo de nuevo, aunque quizás tenga que buscar una autoescuela. Conducir no es difícil, pero claro, como se
lo callan todo para ver si te pueden suspender y así sacarte la pasta… ¿Qué trabajo
les hubiera costado decirme que tenía que cambiar de marcha?... En fin, vaya
país, así nos va.
Continuará (o no)…